A Regina llegaba el agua a través de un acueducto que se originaba en el terreno calizo del cerro de la alcazaba. Llegaba presumiblemente a la zona más alta de la ciudad en las inmediaciones del foro, por mediación de unas conducciones de pequeño tamaño. Allí debió estar situad el castellum aquae desde el que se distribuiría el agua a distintas zonas de la ciudad. Junto a la Ex-200 cerca de un almendro, todavía se pueden ver algunos restos de las conducciones. En la actualidad la localidad de Casas de Reina se surte de agua gracias al mismo manantial. El agua acababa en la red de cloacas que desaguaban en los arroyos de San Pedro y San Blas.
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