Regina contaba también, que se sepa, hasta el momento con dos necrópolis. Cómo era habitual en las ciudades romanas se situaban extramuros y junto a las vías que partían hacía distintas direcciones. En el caso de Regina, las necrópolis se situaron en los cerros de San Pedro y San Blas, próximos a los arroyos del mismo nombre. Son múltiples los restos funerarios hallados en esas zonas: epitafios, altares, aras, placas de marmol y otros objetos relacionados con este rito. En la imagen, típica inscripción DMS: D(iis) M(anibus) S(acrum): consagrado a los Dioses Manes. Estos Dioses eran los encargados de purificar las almas.
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