LA CIUDAD
Orígenes y evolución
Regina sigue la tipología clásica de toda ciudad romana. Sus calles se circunscribían a un trazado ortogonal formando insulaes o manzanas. Como toda urbe romana contaba con dos calles principales, el Cardo y el Decumanus que se cruzaban en el foro. Gracias al perfecto estado de su red de cloacas y a múltiples investigaciones, se han podido determinar sobre el terreno por dónde discurrían.
Algunas teorías apuntan a que Regina se proyectó para un futuro crecimiento que al final, por circunstancias que se desconocen, no se acabó produciendo en la medida esperada. Sin embargo, las ultimas investigaciones tiran por tierra tal extremo y apuestan por una ciudad con un importante desarrollo alrededor del foro. El perímetro de Regina, asímismo, está bien determinado por la presencia de la calzada que lo ciñe por la zona oeste y por los arroyos de San Pedro y San Blas.
Los orígenes de la ciudad de Regina tenemos que buscarlos en el cercano cerro de las Nieves en Reina. Allí existió un poblado fortificado que se extendió por una superficie de 4 o 5 hectáreas que contaba con un foso defensivo y una muralla de la que han llegado a nuestros días escasos restos. En su Historia Natural Plinio cita a Regina entre los oppida non ignobilia situados en la zona oriental de la Baeturia, la región que se extendía entre el Guadiana y el Guadalquivir y que estaba ocupada por los Túrdulos. En época Julio-Claudia se empieza a construir la ciudad de Regina en el llano, muy cerca del citado cerro y junto a la calzada que a través de la Sierra Norte y Astigi, unía Emerita Augusta con Hispalis. En el proceso de romanización de Hispania, fue muy recurrente el traslado de poblaciones de zonas altas a terrenos llanos, quizás para aprovechar mejor los recursos naturales. La zona contaba con buenas tierras para el cultivo, era rica en agua y contaba con importantes recursos mineros. Según algunos epígrafes encontrados, la ciudad en el llano pudo estar ya fundada en tiempos de Claudio. No fue un núcleo de población demasiado extenso.
Esplendor Flavio. En un principio Regina era un oppidum stipendiarium, como se desprende de una inscripción dedicada al Genium oppidi. En época de los emperadores Flavios, es cuando la ciudad adquiere su máximo esplendor coincidiendo con el acceso al estatuto jurídico privilegiado de municipium. La expresión res publica reginenses hallada en algunas epigrafías dan prueba de ello. En esa fecha se pudo desarrollar la zona foral, y reformarse el teatro, el edificio mejor conservado de la ciudad.
En período Julio-Claudio se detecta un importante desarrollo de la ciudad. En esa época pueden fecharse la construcción de diversos edificios de carácter público en la zona del Foro. El teatro pudo edificarse en época de Claudio o de Nerón. Parece que en el siglo II el desarrollo de Regina fue constante. Pocas noticias hay de los dos próximos siglos. Regina es citada por última vez en las Actas del II Concilio Hispalense en el año 619, presidido por San Isidoro, en el que se dirimió un pleito entre ésta y Celti (Peñaflor) por la jurisdicción de una basílica
Entramado urbano
El primer paso antes de la realización del entramado urbano en toda ciudad romana de nuevo cuño, era la creación de un sistema de red sanitaria teniendo en cuenta las características del terreno para llegar a cabo unmejor desagüe.
En primer lugar se trazó la zanja sobre la que se ubicaría el decumanus, partiendo del punto más alto de la ciudad y acabando en los arroyos de San Pedro y de San Blas. Las cloacas siguen las mismas técnicas que las realizadas en Emerita, con una trinchera que mide unos 120 cm de ancho, variando la profundidad según el relieve. Esta cloaca del decumanus era la principal pues en ella vertían el resto de conductos del sistema de alcantarillado.
Los spiramina (pozos de aireación e inspección) se iban colocando a cierta distancia sin seguir una medida concreta. Estaban realizados a partir de una chimenea cuadrangular de opus incertum, con una longitud de medio metro de lado aproximadamente. Se han hallado varios ejemplares en el transcurso de las excavaciones y lo más probable es que su disposición coincidiera con los cruces de calles.
Para un mejor estudio de todo el área de saneamiento de la ciudad, se ha realizado una división en varios tramos de la cloaca principal, el decumanus maximus, a la que vierte el resto de las vías. El primer tramo se inicia en el arroyo de San Blas y concluye en el primer cruce con un kardino. A lo largo de todo este recorrido de 59 metros se encuentran tres spiramina ubicados de manera aleatoria, mientras que los colectores aparecen al final del tramo realizados en ladrillo. Esta intersección presenta la peculiaridad anteriormente resaltada y es que se añade un nuevo kardino con una posición inclinada con respecto al decumanus maximus en lugar de cruzarse de forma perpendicular, es decir, su posición canónica estaría orientada hacia el oeste, pero en este caso se va a orientar hacia el noroeste.
Asimismo, a partir de la red de cloacas se puede discernir que la pared este del decumanus maximus tendría una gran carencia de viviendas pues en ella sólo existen dos conducciones, a lo que se puede sumar la única existencia de un kardo minor de 8 metros, mientras que en la cara oeste se produciría un gran desarrollo de la arquitectura monumental pues se han encontrado restos de pórticos y de edificios de una gran importancia como puede ser el caso de la supuesta basílica.
En sentido contrario, dirección noroeste, se encuentra una gran construcción a la que se podía acceder por esta calle con una entrada monumental de 2,5 metros o desde el decumanus maximus. Se trata de un edificio de planta rectangular con 19,50 metros de longitud, 15,45 metros de ancho y muros de 0,60 metros de anchura. Estos muros poseen nichos semicirculares simétricos con respecto al resto de muros. Todo el conjunto estaba estucado. El espacio porticado cuenta con seis sillares a cada lado sentados sobre la propia roca madre, indicando la presencia de un pórtico abierto monumental, en cuyo extremo contrario se abre un espacio cuadrangular cuyas esquinas se han reforzado con sillares de granito.
Al final de este tercer tramo, en la intersección con el kardo maximus, se ha excavado una casa con patio central (atriolum tetrástilo), pavimento hidráulico y muretes entre las columnas que formarían el impluvium a partir del cual se distribuyen las estancias. También se ha documentado la presencia de tabernae a las que se podían acceder desde el interior de la casa y en un segundo momento formarían parte de ella. Este edificio estaba formado por un muro que descansa en una zapata de mampostería mezclada con ladrillo. Presentaba un zócalo decorado con líneas azuladas. El peristilum fue reducido en el siglo IV a través de un muro mal realizado que se correspondería con el posterior añadido de la alquería de San Pedro de Villacorza, estableciendo tres fases de uso de este edificio: la primera correspondiente a su ocupación en época flavia, la segunda con piezas comunes de la segunda mitad del siglo II y la tercera acorde a su reutilización en el siglo V d.C, tal y como se demuestra con la aparición de una tinaja de almacenaje. Por sus características, disposición y elementos encontrados se ha supuesto que en origen, esta construcción no tendría carácter doméstico, sino comercial, sirviendo el atriolo como lucernario.
El foro
En la cota más elevada del cerro en el que construyó la ciudad, estaba situada el Foro de Regina. En toda ciudad romana, de mayor o menor tamaño, la zona foral era el centro neurálgico social, político, religioso y administrativo.. Se situaba en la confluencia de las dos calles principales el decumanus y el cardo maximus. Por lo general el foro romano estaba formado por una amplia plaza, que podría ser porticada, en torno a la cual se situaban templos, basílicas y otras construcciones de carácter público.
El foro de la ciudad de Regina se ha venido descubriendo en los ultimos años. Hoy en día los arqueólogos continúan trabajando en esta zona destacada de la ciudad que no deja de deparar novedades destacadas año tras año. Los hallazgos más significativos se produjeron en las campañas de 2008 y 2009 cuando se encontraron los cimientos de tres edificios de características similares y alineados en la misma dirección. Se habían descubierto los templos que sirvieron de morada a tres de las divinidades más importantes del panteón romano, Jupiter, Juno y Minerva. La disposición de los templos de la Triada Capitolina de Regina, con un templo para cada deidad, es similar a la de otras dos ciudades del imperio, Baelo Claudia y en Sbeitla (la antigua Sefutula en Túnez) dónde el foro contaba con tres edificaciones de similares características. Sin embargo en Roma por ejemplo, un solo templo (en la colina capitolina) dividido en tres cellas albergaba las estatuas capitolinas. En las inmediaciones del foro de Regina apareció la estatua de la diosa Juno lo que servía para afianzar la teoría de los arqueólogos de que estaban ante los templos de la Triada Capitolina.
Los templos del foro reginense, ocupaban un espacio de 14,8 metros de longitud por 7,10 de anchura. Sólo se han conservado los niveles de cimentación de los mismos debido a que estos edificios fueron objeto de desmonte y expolio en el S. IV siendo reutilizados sus materiales para la construcción de otros que ocuparon el área sacra.
El templo de la Pietas Augusta
Las nuevas interpretaciones sobre el yacimiento de Regina han venido a determinar que el edificio que linda con el decumano máximo sería el templo dedicacado a la Pietas Augusta. Hasta la fecha se había mantenido que podría tratarse de una lonja o un edificio de carácter comercial, algo que no tendría mucho sentido si tenemos en cuenta que al otro de lado de la principal calle de la ciudad se ha localizado un gran mercado que se ha excavado de forma parcial.
Este edificio cuenta con un espacio central abierto con pórticos a los lados de los que sólo han quedado los plintos cuadrados sobre los que se apoyaban las columnas que sostenían dichos pórticos y los cimientos de los muros circundantes. En el lado opuesto al de la entrada principal, se encontaría el aula sacra en el que se rendía culto en este caso al emperador. La Pietas Augusta es una de las siete virtudes personificadas en la figura de dicho emperador. En la zona se encontró una inscripción que hacía referencia a la restauración del templo de la Pietas llevada a cabo por la res publica reginensis a finales del S. II o comienzos del S. III. Su construcción inicial se ha fechado en el S.I dC.
El edificio religioso de carácter colectivo
Ha sido el último edificio que se excavó en su totalidad gracias al trabajo de los integrantes del Taller de empleo ‘Sumus Turdulorum’. De un pozo que se encontraba en su zona central, que también estuvo abierta y rodeada de espacios porticados, se recuperaron importantes objetos de la vida cotidiana, alguno de ellos de marcado carácter religioso, al margen de un gran número de elementos arquitectónicos. Esos hallazgos han servido para que se determine que estamos ante un edificio de carácter religioso. El cuerpo central del edificio estuvo formado por tres aulas, la central de mayores dimensiones que las dos restantes que se encontraban adosadas. El edificio en su uso original estaría datado a finales del siglo I o principios del segundo.
Se han barajado varias hipótesis sobre su finalidad que apuntaban a que podría haber sido sede del colegio sacerdotal o incluso un templo dedicado a Augusto. Son teorías. Lo que si se sabe a ciencia cierta es que en época imperial el edificio distibuía sus estancias en torno a un patio central porticado. Junto a su entrada principal se han hallado hasta ocho estancias. En la parte posterior y dando la espalda a una de las calles principales de la ciudad se dividían otras tres estancias más sobre un podium del que aún quedan restos visibles. Con la decadencia del imperio, este edificio pudo tener otros usos según se desprende de los materiales rescatados del pozo y datados en época tardorromana. Su finalidad religiosa pudo sustituirse por la comercial, pudiendo haber albergado tabernas a las que se accedería por la parte trasera del edificio.
El foro civil
Queda aún mucho por descubrir en la zona central de la ciudad de Regina. Junto al foro religioso se abriría una gran plaza porticada en cuyos extremos podrían haberse situado los otros grandes edificios públicos que conformaban toda ciudad romana. La basílica, la curia, el duoviri… son edificaciones de las que aún no se tienen noticias por lo que serán las futuras intervenciones arqueológicas las que nos aclaren donde estuvieron situadas. En el verano de 2016 se empezó a trabajar en la zona más allá de la carretera de Ahillones, el lugar en el que según los estudios geomágneticos se encontraría el que podría ser el foro civil. Atendiendo a otros ejemplos de ciudades romanas de la antigua Hispania, las dimensiones de la zona forense de Regina determinarían que estamos ante una ciudad con una importancia mayor de lo pensado hasta ahora.
El gran mercado de la ciudad
Junto al nordeste del decumano máximo de Regina, se han venido exhumando los restos de un edificio de destacables dimensiones cuyo uso sería comercial a tenor de los restos encontrados. Se excavó de forma parcial uno de los extremos del edificio y la que sería su entrada principal. En intervenciones posteriores se delimitó su extensión y se conocieron más detalles acerca del que sería el gran mercado de la ciudad.
Los trabajos que se realizaron en 2015 en el yacimiento de Regina, sacaron a la luz el edificio más grande de la ciudad encontrado hasta la fecha. Todo hace indicar que se trata del macellum, una especie de gran centro comercial de la época cuya extensión podría superar los 3.000 metros cuadrados. Los trabajos del VIII Curso de Arqueología de Regina se centraron en esa zoa del yacimiento.
Enmarcado entre el decumano máximo y un cardo que se excavó por parte del Taller de Empleo Sierra y Campiña, el gran mercado de la ciudad de Regina está aún por descubrir en su totalidad. Se conocían algunos aspectos de su fachada principal que daba a la calle más importante de la antigua urbe. En campañas anteriores se descubrieron y consolidaron lo que parecen ser tiendas o talleres (a tenor de los restos encontrados) que contaban con un pequeño almacen en la parte posterior. En los últimos meses de 2015 se constató que la misma disposición se da al otro lado de la entrada al edificio. Años atrás afloraron también las bases de dos columnas que formaban parte del patio central porticado que se ha confirmado que estuvo compuesto por un número indeterminado de columnas tras las catas realizadas en la zona. Los trabajos continuaron en los niveles de derrumbe en torno a este patio que enlazaría con la parte trasera del edificio en la que se repetiría la misa disposición de la fachada que da al decumano: ocho talleres o tiendas con almacen y una segunda entrada al macellum. Próximas campañas arqueológicas deberán confirmar esta simetría y la extensión definitiva del edificio que es el más grande hallado hasta la fecha en Regina. Los restos aparecidos en la zona vienen a confirmar su naturaleza comercial. Se ha constatado también la presencia de ocupaciones posteriores. Fueron localizadas dos tumbas muy próximas al patio central que casi con total seguridad son de época visigoda.
El acueducto
El agua siempre fue un recurso muy necesario en toda urbe romana. Las ciudades se creaban próximas a recursos hídricos que surtían a la población para cubrir sus necesidades en la vida cotidiana. Las callles estaban llenas de ninfeos o fuentes, había edificios termales y de otra naturaleza en los que el agua era un bien muy necesario. El ciclo se cerraba en las cloacas a donde desaguaban todos los conductos una vez el líquido elemento había sido utilizado.
A Regina llegaba el agua a través de un acueducto que se originaba en el terreno calizo del cerro de la alcazaba. Llegaba presumiblemente a la zona más alta de la ciudad en las inmediaciones del foro, por mediación de unas conducciones de pequeño tamaño. Allí debió estar situad el castellum aquae desde el que se distribuiría el agua a distintas zonas de la ciudad. Junto a la Ex-200 cerca de un almendro, todavía se pueden ver algunos restos de las conducciones. En la actualidad la localidad de Casas de Reina se surte de agua gracias al mismo manantial. El agua acababa en la red de cloacas que desaguaban en los arroyos de San Pedro y San Blas.
La calzada
La ciudad de Regina Turdulorum se encontraba a mitad de camino entre dos de las ciudades romanas más importantes de Hispania: Hispalis y Emerita Augusta. Estaba situada en una de las rutas que, cruzando Sierra Morena, concretamente la llamada Sierra Norte de Sevilla, ponía en contacto el valle medio del Guadalquivir y el valle medio del Guadiana. En época romana, Regina aparece citada en el Itinerario de Antonino como mansio de la calzada que unía Emerita y Astigi, siendo en último caso una forma más de llegar a Hispalis o Corduba.
Se conectaban así la capital de Lusitania con dos sedes de conuentus y con la capital provincial de la Bética; lugares importantes desde el punto de vista de la organización política y administrativa de los romanos, pero también tres de los focos económicos más importantes de esta provincia. Igualmente, aunque no hay referencia en ninguno de los itinerarios conservados, se podría llegar desde Regina a Corduba a través del municipio ignoto situado en Azuaga y Mellaria (Fuente Obejuna), tomando entonces la vía que unía Emerita y la capital de la Bética pasando por Metellinum y Artigis. Esta última calzada, debió de ser muy importante para los habitantes de la zona donde se encontraba Regina en época romana altoimperial, ya que era la forma más corta y sencilla de llegar hasta Córdoba, también sede de conuentus y donde éstos debían dirigirse necesariamente para solucionar problemas judiciales de entidad.
Teoría alternativa
Sin embargo hay varias hipótesis acerca de cual es la vía romana que discurría por Regina. Hay quien defiende la opción de que fue mansio de la calzada que iba desde Astigi hasta Emerita Augusta. Esta calzada enlazaría en Lacunis (Fuente de Cantos) con la que unía Hispalis con Emerita Augusta. Esta teoría, la más aceptada, se contrapone con otra que defiende que Regina estaba a medio camino entre las antiguas ciudades de Mérida y Sevilla, o lo que es lo mismo que por ella discurría la Vía de la Plata
La calzada por Casas de Reina
En los alrededores de Casas de Reina hay muchos indicios sobre el discurrir de la calzada romana. Según los estudios realizados, se sabe que dicha vía subía por la actual calle Mesones y continuaba en dirección a Reina hasta la ladera del cerro de la alcazaba. Desde ahí partiría un ramal hacía la propia Regina. Aún hoy quedan huellas y evidencias palpables de dicha vía romana, como se pueden apreciar en el llamado camino de Reina. Dicha calzada contaba con andenes laterales y piedras de trecho en trecho a modo de guardacantones. Se han podido apreciar también, según recogen algunos estudios, unos pequeños puentes a modo de alcantarilla que responden a una sencilla construcción con empleo de sillares de arenisca para los pies derechos y bóbeda de cascotes, con restauraciones posteriores que han llegado a desvirtuar completamente la obra antigua.